Un buen sistema erp es un programa informático que permite automatizar los procesos que una empresa lleva a cabo en su día a día. Mediante una única plataforma digital, tanto los dirigentes de la compañía, como los propios empleados de la misma, pueden gestionar tareas como la emisión de las nóminas o el contacto con el cliente de una forma rápida, sencilla y telemática. A menudo, el sistema ERP dispone de una aplicación móvil adicional que, en caso de descargarse, proporciona un acceso a la plataforma online desde cualquier lugar y en cualquier momento, sin que personarse físicamente en la oficina sea un requisito indispensable para poder cumplir con la jornada laboral.
Hay sistemas ERP estándares, con las funciones generales que toda empresa necesita, y sistemas más específicos, personalizables, que se ajustan en mayor medida a las necesidades del negocio que así lo solicita. Según el ámbito de la empresa en que se requiera el ERP, éste puede ser a su vez un software recursos humanos o un software gestión de proyectos. El primero permite, entre otras funciones, acceder rápidamente a la trayectoria profesional de los empleados actuales, crear una base de datos propia con los datos recopilados de unos y otros candidatos en las entrevistas que se lleven a cabo, facilitar la selección de un nuevo trabajador, simular organigramas de empresa, etc. En cuanto al segundo, facilita conocer el estado actual de los proyectos empresariales, afianzar las relaciones con proveedores, disponer de alarmas en caso de impagos, relacionar digitalmente las áreas de información y documentación con las de los proveedores, hacer un seguimiento objetivo en tiempo real de los beneficios de la empresa, y otras tantas tareas más.
Todas estas características y funcionalidades son las que hacen de los sistemas ERP buenas herramientas a la hora de impulsar un negocio. Pero todavía hay más ventajas. Sigue leyendo para conocerlas.
Contenidos
¿Por qué implementar un sistema ERP?
Entre las múltiples ventajas que la instalación de un programa como éste proporcionan, se incluye:
Automatización
Un sistema ERP permite que muchos de los procesos que, hasta el momento, se venían llevando a cabo de una forma casi manual, puedan tramitarse automáticamente, sin la intervención de ninguna persona (o de casi ningún empleado). Todo cuanto siga un cierto patrón previsible de comportamiento puede programarse. Por ejemplo: la emisión de las nóminas o el envío automático de productos que suelen solicitarse por el mismo cliente en periodo de tiempo recurrente.
Análisis en tiempo real
La información relativa al aumento o decrecimiento de ventas, rendimiento de los empleados y de la empresa, situación de otras compañías que hagan competencia en el sector y otros tantos detalles, permite que el dirigente del negocio y el personal puedan tomar decisiones preventivas, anticipándose a ciertos contextos, y logrando de este modo una mayor efectividad a la hora de consolidar su posición en el mercado laboral.
Toma de decisiones
Gracias a que la calidad de los análisis que se recogen en el punto anterior es óptima, no cuesta tanto elegir qué opción resulta más adecuada en función del contexto en que se encuentra la empresa en cada momento.
Menos costes
Al automatizar ciertas labores, y optimizar el trabajo, se reducen costes en lo que respecta a materia prima (por ejemplo: ya no es necesario imprimir nóminas, sino que cada empleado las recibe telemáticamente), y aparte, ciertas labores para las que había que contratar nuevo personal, como están digitalizadas, no requieren de más empleados y, por tanto, más salarios a los que hacer frente.
Plataforma personalizable
El sistema ERP siempre se puede ajustar a las necesidades de la empresa, ya que es personalizable. Lo único en lo que difiere es en el grado de personalización que ofrece. Pero en cualquier caso, la forma de volcar los datos de la compañía en él es bien sencilla.